TARAHUMARAS

TARAHUMARAS

Los tarahumaras no son avanzados, ni quieren la construcción de pueblos o carreteras y sistemas de drenaje. Son una civilización que ha elegido organizarse de otra forma, las formas que les han permitido sobrevivir son la resistencia y la contradicción. No confían en la propuesta imposible del neoliberalismo: socializar y privatizar las ganancias. La resistencia tarahumara triunfa sobre sus detractores porque es un modelo de sociedad sustentado en la combinación de migración y sedentarismo solitario. Darle la espalda a las ofertas de civilización se convirtió en su garantía de sobrevivencia.

El aislamiento y la ausencia de pueblos les han permitido evitar la cercanía de la civilización que los aplasta y persigue en los hechos. Lo mejor sería aprender del principio de contradicción, a diferencia del modelo cartesiano, pensar por oposición y reconciliar los contrarios. De ahí una religión en apariencia sincrética, pero en realidad disfrazada (nosotros decimos que existe la santísima trinidad, ellos creemos en Onuruame que es Dios padre y dios madre al mismo tiempo. También creen en la Tierra). Que hayan sido capaces de mantener sus usos de hábitat y costumbres, discurso público, al mismo tiempo que tienen bien medida esa otra forma de ver el mundo que ellos llamamos “modo occidental”.

A su vez, nosotros les decimos chabochis: personas con telarañas en la cara. Aunque en realidad el desastre que se vive hoy sea producto de las telarañas que tienes en la cabeza. Y no me refiero a las telarañas ancestrales que nos pueden servir como pretexto. Me refiero a las presentes. A las telarañas de la historia reciente que, por confiar en las políticas de Estado, los tiene sometidos a una crisis que no se resuelve con colectas, porque las colectas, como la limosna, sólo curan la culpa.
Los tarahumaras son muy religiosos pero practican sus creencias al margen de iglesias. este pueblo es digno de admiración, pues ha preservado muchas de sus costumbres, a pesar del dominio y la imposición de las iglesias europeas.

Es creencia entre los tarahumaras el hecho de que en un principio todo lo era el Sol y la Luna, que en forma de niños vivían solos, vestidos únicamente con hojas de palma y habitaban una choza de palos revocados con lodo y techo de palma. Estos niños no poseían ningún bien terrenal: ni vacas, ni chivos, ni gallinas, ni borregos, ni cóconos. Los dos niños eran de color oscuro y la mañana era el único que brindaba luz a la tierra pecaminosa. La luna se comía los piojos de la cabeza del sol y el lucero de la mañana los vigilaba.

Se afirma que el tarahumara ha conservado su vieja cultura. Desde hace varios siglos emplean los mismos dibujos, los mismos símbolos en sus obras artísticas, en sus fajas, cerámica y cobijas. A sus muertos continúan dejándoles comida para el viaje sin retorno y les "ayudan" a subir al cielo mediante la celebración de tres o cuatro fiestas, según si el difunto es hombre o mujer. Aunque en muchos casos el significado de ritual ha desaparecido, éste ha demostrado gran vitalidad para subsistir.



Han bajado los indios tarahumaras,

que es señal de mal año

y de cosecha pobre en la montaña.

Desnudos y curtidos,

duros en la lustrosa piel manchada,

denegridos de viento y de sol,animan

las calles de Chihuahua,

lentos y recelosos,

con todos los resortes del miedo contraídos,
como panteras mansas.

Desnudos y curtidos,

bravos habitadores de la nieve

-como hablan de tú-

Alfonso Reyes.

Los indios buscaban los centro urbanos cuando las sequias en sus tierras se prolongaban, a veces esa sequia se prolongaba dos o tres años. El poema ‘‘yerbas del Tarahumara’’ ha tenido buena fama y fortuna dentro y fuera de las fronteras mexicanas, Varely Larbaud lo tradujo al francés poco tiempo después de que Alfonso Reyes lo escribiera. Alfonso Reyes, es un raramuri son aquellas personas que convive con los tarahumara, el nos cuenta en sus poemas la vida de los Tarahumaras, los tarahumaras eran muy creyentes a sus dioses pero no eran muy poéticos. Alfonso Reyes solo escribió este libro de los tarahumaras.

LA AMENAZA DE LA FLOR



Flor de las adormideras:

engáñame y no me quieras.


¡Cuánto el aroma exageras,

cuánto extremas tu arrebol,

flor que te pintas ojeras

y exhalas el alma al sol!

Flor de las adormideras.


Gabriel Eduardo Rubio Amaya
Grado Octavo